por Montse Lorente
"Las abejas tienen que moverse muy rápido para quedarse quietas ". - David Foster Wallace
El Efecto Reina Roja se ilustró por primera vez en el libro de Lewis Caroll Alicia en el País de las Maravillas y fue utilizado por el biólogo Leigh Van Valen para explicar la "ley de extinción".
El efecto Reina Roja significa que, para sobrevivir, tenemos que coevolucionar con el sistema con el que interactuamos. Por ejemplo, las hembras de león tienen que mejorar constantemente sus habilidades de caza, ya que sus presas también mejoran las suyas. Para mantener su statu quo, ambos deben estar en constante cambio.
Si todos los animales evolucionaran al mismo ritmo, no habría ningún cambio en las interacciones relativas entre las especies. Sin embargo, no todos los animales evolucionan al mismo ritmo y eso es lo que determina qué especies siguen existiendo y prosperando.
En el contexto empresarial, las empresas tienen que adaptarse a su contexto -por ejemplo, una pandemia-, cambiar lo necesario dentro de la organización (procesos, equipo, etc.) para sobrevivir/vender tanto como el año anterior.
Darwin observó que algunas especies son más "sensibles al cambio" que otras. Las que sobreviven no son las más fuertes, sino las más adaptables al cambio.
La adaptación es clave para la supervivencia. Necesitamos entender cómo funciona el mundo en el que vivimos para poder desenvolvernos mejor en nuestro contexto y tomar decisiones.
Las personas y organizaciones que aceptan el cambio y trabajan en torno a él son las que tienen más probabilidades de éxito.
La resistencia es natural y esperable en cualquier proceso de cambio. Lo que queremos evitar es no gestionar la resistencia o dejar que controle y congele el proceso.
Para sobrevivir tenemos que aprender a navegar por el cambio.
"El bambú que se dobla es más fuerte que el roble que resiste". - Proverbio japonés
"Los vientos pueden derribar el roble macizo, pero el bambú, doblado hasta el suelo, rebrotará erguido tras el paso de la tormenta".
El bambú abraza el cambio desde dentro: primero se adapta al entorno desde sus raíces, luego crece en altura y aprende a doblarse y bailar con el viento. Por el contrario, el roble lucha contra el viento manteniéndose erguido y resistiéndose a él. Cuando el viento es demasiado fuerte, el Roble puede romperse.
La flexibilidad y la adaptación son competencias clave para desarrollar eficazmente la resiliencia. Ser resiliente es el primer paso para superar las crisis y triunfar en el cambio.