-por Meryl His y Montse Lorente
Etimológicamente, la palabra Resiliencia viene de re- (atrás) salire (saltar, brincar), significa literalmente rebotar.
Reponerse es el proceso de salir fortalecido en medio de la incertidumbre y los altos niveles de estrés.
Esto nos recuerda la filosofía japonesa llamada Kintsugi, que consiste en arreglar objetos rotos con oro. Se trata de embellecer lo imperfecto y aceptar las "cicatrices" como parte del diseño.
A veces, en el proceso de reparar cosas que se han roto, en realidad creamos algo más único, bello y resistente.
Pero, ¿cómo prosperamos y nos recuperamos de la incertidumbre, el fracaso o las experiencias negativas?
¿Sabías que podemos controlar el sufrimiento?
Mientras que el dolor está relacionado con las sensaciones y las emociones, el sufrimiento es un proceso mental relacionado con pensamientos negativos como las críticas, las quejas o la culpa.
Hay un concepto, llamado el Círculo de Control, que fue desarrollado por Epicuro y la filosofía del Estoicismo que recomienda que nos centremos sólo en las cosas que podemos controlar - nuestros pensamientos, emociones, opiniones, comportamientos -, en lugar de estar preocupados por las cosas que no podemos cambiar o influenciar.
Stephen Covey hace hincapié en el hecho de que cuanto más te centras en lo que puedes influir o controlar(enfoque proactivo), mayor es tu círculo de influencia y menor tu círculo de preocupación. Por otro lado, cuanto más te centres en lo que no puedes controlar(enfoque reactivo), mayor será tu energía negativa y menor tu círculo de influencia.
La resiliencia requiere desarrollar un sentido de pertenencia. No elegimos nuestras circunstancias, pero podemos elegir cómo reaccionar y decidir actuar.
¿Suena fácil? Espera un momento.
La realidad es que algunas personas han estado menos expuestas a acontecimientos traumáticos y negativos durante sus primeros años de vida y, por tanto, les ha resultado más difícil desarrollar una mentalidad resiliente natural. Pero puede adquirirse con la práctica, utilizando la idea del círculo de influencia, por ejemplo. Otras herramientas estupendas para trabajar la resiliencia que puedes aprovechar son las técnicas de Programación Neurolingüística (PNL) para bloquear los pensamientos negativos, el coaching o la psicoterapia para explorar tus recursos personales y aprender qué sacar de los momentos difíciles, así como la práctica deportiva para desarrollar fortalezas naturales frente a los retos y el estrés.
La resiliencia es una mentalidad. Es la idea de que somos el producto de cómo decidimos vivir cada situación complicada y cada reto al que nos enfrentamos. La resiliencia es la capacidad de transformar los acontecimientos negativos en algo positivo que nos hace más fuertes, más poderosos y mejores seres humanos.
Como expresó Viktor Frankl en su libro El hombre en busca de sentido, tenemos la libertad de elegir la actitud con la que queremos vivir lo que nos ocurre en la vida. Somos libres de elegir cómo queremos responder a una situación dolorosa, estresante, difícil. Somos libres de elegir si nos centramos en trabajar en lo que podemos controlar o podemos elegir sufrir y preocuparnos por lo que está fuera de nuestro círculo de influencia.
Todo es posible. Recuerda siempre que eres capaz de superar todo lo que se te ponga por delante. Creemos en ti. Creemos en la resiliencia.