Como luchador, comprendí por la propia esencia de este deporte que sería DURO y que tendría que enfrentarme a la adversidad con regularidad. Aceptarlo como parte del contrato era esencial para tener alguna posibilidad de disfrutar del viaje.
Esto también es muy cierto en la vida. En palabras del gran filósofo Rocky Balboa: "Déjame decirte algo que ya sabes. El mundo no es todo sol y arco iris. Es un lugar muy mezquino y desagradable, y no me importa lo duro que seas; te pondrá de rodillas y te mantendrá allí permanentemente si se lo permites'.
Acéptalo y podrás empezar a ser dueño de tus resultados.
Ser dueño de uno mismo significa responsabilizarse plenamente de las decisiones que tomas y de las acciones que emprendes. Es buscar retroalimentación e información sobre cómo TÚ podrías haber hecho las cosas de otra manera cuando te enfrentas a la derrota. Es pedir disculpas por tu participación en desacuerdos o fracasos dentro de un equipo. El sentido de pertenencia te permite construir una confianza increíble con las personas que te rodean.
En el gimnasio, recibí mucho apoyo de entrenadores y compañeros de entrenamiento, pero tuve que asumir la responsabilidad de mis resultados. En el combate, había muchas partes implicadas en el desarrollo de la pelea: el árbitro, los jueces, el público y, por supuesto, tu oponente. Sin embargo, el resultado era mío y sólo mío. Si un luchador señala con el dedo después de una derrota y busca razones ajenas a él para explicar por qué ha perdido, ha perdido la oportunidad de aprender y crecer.
Esto es válido para todos los aspectos de la vida. Acepta que el viaje tendrá dificultades y luchas, sé dueño de tu preparación y de tus resultados.
Un campo de entrenamiento para un combate puede comenzar hasta 8 semanas antes de la competición. El campo de combate implica entre 10 y 12 sesiones de entrenamiento a la semana, una dieta que te permita estar a unos pocos kilos del peso de la pelea (luego deshidratas los últimos kilos en la semana del combate), y todo ello sin dejar de trabajar a tiempo completo, manteniendo relaciones y haciendo frente a los imprevistos que la vida te puede deparar. Es muy, muy fácil caer en una mentalidad de frustración y crear una fricción interna en cada momento del día.
Según mi experiencia, esta es la razón por la que tan pocos de los que aceptan el reto de una carrera de luchador profesional superan unos cuantos combates antes de dejarlo. Sabía que si quería tener una carrera larga, satisfactoria y agradable, tendría que darle a ese interruptor y desarrollar mi capacidad de recuperación.
Una señora que entrenaba en el gimnasio me introdujo en el concepto de gratitud cuando era adolescente. Mientras hablaba con ella antes de una sesión al final de la semana, me quejaba de lo cansada que estaba por el entrenamiento de esa semana, y ella simplemente me contestó: "Agradece que tu cuerpo sea capaz de esforzarse tanto". Me llevé esas palabras conmigo y sentí alivio de los dolores y molestias. Me sentí con energía y capaz. Esto me llevó a investigar más a fondo la idea y a desarrollar un hábito consciente de agradecer y expresar gratitud. Cuando cenaba bacalao con espárragos por quinta noche consecutiva, en lugar de anhelar una comida más sabrosa, me sentí agradecida por tener comida en el plato. Me sentí agradecida por poder elegir lo que comía, y eso hizo que la comida supiera mejor.
La práctica de la gratitud implica algo más que estar agradecido por las cosas de la vida, también implica dar las gracias a los demás. El simple acto de decir "gracias" no sólo fortalece las relaciones, sino que también tiene un efecto positivo en ti, la persona que expresa su gratitud, al ver cómo el reconocimiento se refleja en la cara de la otra persona. Podemos estar muy ocupados en la vida y a menudo caer en un ritmo en nuestras relaciones. Dedicar un momento a dar las gracias a un ser querido, un amigo o un colega puede ser justo lo que necesitan para seguir avanzando.
A lo largo de mi trayectoria en las artes marciales, empecé a darme cuenta del profundo impacto que el entrenamiento físico tenía en mi autoestima. Comprometerme a participar en actividades exigentes, como levantarme temprano antes de ir al colegio para salir a correr, y luego cumplir ese compromiso, cultivó la confianza en mí mismo. Poco a poco, me fui convenciendo de que podía emprender tareas exigentes y sobresalir en ellas.
¿Hasta qué punto debe ser un reto? Esto no implica el imperativo de adoptar el régimen de entrenamiento de un boxeador profesional para fomentar la autoestima. Al contrario, lo que se requiere es un compromiso con el ejercicio físico y la voluntad de soportar molestias de forma constante. Este régimen no sólo contribuye a mejorar el bienestar físico, sino que, como ya se ha dicho, infunde un mayor sentido de la capacidad, fortaleciendo la propia disposición para afrontar los retos.
Los combatientes son similares a las personas normales en su apreciación de una cama caliente en una fría mañana de invierno, el lujo de ir directamente a casa después del trabajo, o el respiro de una pausa para comer sin prisas. Sin embargo, ninguna de estas comodidades nos ayuda a salir de situaciones difíciles en el campo de batalla. El factor crucial que nos impulsa a superar los momentos de desesperación reside en darnos cuenta de que, aunque carezcamos de motivación para actuar, persistimos en llevar a cabo la tarea necesaria.
Para terminar: Aceptación, Apropiación, Gratitud y Compromisos para poner a prueba tu cuerpo son, en mi experiencia, las formas más poderosas de mejorar tu resiliencia y me ayudaron en mi camino para convertirme en un campeón.
Cuando estás en la adversidad, no eres solo tú quien lucha. Me guío por el lema "Afrontar la adversidad con una sonrisa" porque no solo mejora mi estado y mi sensación de la experiencia, sino que también repercute en las personas que me rodean y mejora su experiencia.
Para saber más sobre el tema, vea la entrevista de 30' con Sophie Vurpillot.
Para saber más sobre Shane, vea este inspirador documental de 13' sobre su viaje hasta convertirse en campeón.